viernes, 31 de octubre de 2008

Esteros del Ibera


El Sistema del Iberá.

Las lagunas, esteros y bañados del Iberá son las más importantes acumulaciones de agua de la provincia. Las principales lagunas son: Luna (78 km2), Iberá (53 km2) y Fernández
(39 km2). Los esteros, depósitos de agua en zonas bajas, están poblados por juncos, camalotes y plantas acuáticas. Por su superficie, sobresalen, el Carambola, Iberá, Batel y Batelito. Toda esta zona está prácticamente despoblada.

miércoles, 29 de octubre de 2008

CORRIENTES EN LA RED DE AREAS NATURALES PROTEGIDAS




LA GEOGRAFIA COMO HERRAMIENTA CLAVE EN LA COMPRENSION DE LOS FENOMENOS TURISTICOS DE LA RESERVA PROVINCIAL IBERA

María Griselda KENNEDY




En términos generales, los atractivos integradores de la Reserva Provincial Iberá, se corresponden a la misma definición paisajística, conformada biogeográficamente (Cabrera, 1958) por la intersección de las provincias fitogeográficas Chaqueña, distrito oriental; Espinal, distrito del ñandubay (ambas de dominio Chaqueño) y Paranaense, distrito de los campos (dominio Subtropical) que dan lugar a amplias interfases ambientales, complementados geomorfológicamente con la depresión del Iberá, expuesta desde la fisiografía como “cuenca iberana” (Bruniard, 1966) que constituye el sistema de igual nombre, configuran la singularidad de los humedales como núcleos del paisaje y establece a la Reserva Provincial Iberá como unidad de conservación y preservación susceptible de ser abordada como objeto a partir del enfoque ecoturístico, que emana de la fuerza misma de la imagen representativa de dicho paisaje y que conjugados al componente humano, se transforma en un ámbito de relaciones sociales distintivas con el medio físico y natural.
Una de esas relaciones sociales es precisamente el turismo, la que como tal, sostiene al hombre como sujeto, cuyo predicado está dado por su distribución e involucramiento con el espacio comprendido por la Reserva. El verbo surge de sus acciones, es decir el dinamismo social inverso a la transformación cualitativa y cuantitativa del medio y que a su vez, estará caracterizado como un campo de fuerzas, de donde sus aspectos evolutivos son relativos al mismo espacio y al tiempo. Esta perspectiva, concibe a la unidad de conservación como “espacio turístico” de construcción y reconstrucción social, con el mismo medio natural como soporte.

No resulta una obviedad que los factores espaciales de localización de atractivos dependientes de la naturaleza, precondicionaron selectivamente ciertos sitios y determinaron las caracterizaciones actuales de los flujos turísticos, tal como expresa en el presente el entorno relativo a la laguna Iberá. Son tales factores los que ordenan el espacio, y en todos los casos existe indispensable intervención humana, sin excepciones.
Imagen 1. Mapa de la provincia de Corrientes con el contorno relativo a la localización de la Reserva Provincial Iberá


La Reserva, como integradora de una suma de ambientes, presenta recursos turísticos a partir de su concepción general como espacio, los que resultan visibles a través del paisaje y que pueden ser abordados desde un sitio natural. Al decir de Defert, los recursos turísticos hydrome[1] y pythome[2] conforman la disponibilidad de los sitios y como tales, son capaces de generar motivaciones. Asimismo, estos recursos, se constituyen en atributos de la Reserva, que en si mismos generan preferencias de desplazamiento y se caracterizan por peculiaridades claves como las denominadas “expresión de interfases” donde confluyen los atractivos turísticos nucleares, entendiéndolas como los espacios conformados por ecotonos, que constituyen los ámbitos naturales que logran ser maximizados productivamente a partir del involucramiento turístico con el medio natural. Esto lo convierte en un espacio turístico deseable, que a menudo explica las causalidades sitiológicas en pos de la determinación a la hora de seleccionar un sitio como destino independientemente de los aspectos psicológicos que intervienen, dada la copresencia de ecosistemas, “donde la frontera entre ellos son definidas como interfases” (Morello, J, 1982). Prueba a de ello resulta de contestar la pregunta: ¿Cuál es la zona mas deseable de navegación de una laguna como la Luna (foto 2)? ¿La zona costera o su zona central? ¿En cuál de ambos lugares se facilitaría la observación de la flora y la fauna local?. Sin dudas que la zona costera resulta de las mas interesantes, donde la percepción jugará una forma inconsciente de verificar la preponderancia de las interfases como elemento de atractividad de un sitio.
Estos, entre otro elementos, son producciones que provienen desde el campo geográfico y se transforman en herramientas fundamentales a la hora de la interpretación de los fenómenos turísticos y su distribución en el espacio, ayudando a comprender las causas de dicha distribución como también de los procesos ambientales que intervienen a la hora de la disposición y planificación de un sitio como destino.

[1] Hydrome: calificador universal del recurso turístico “agua”, en si misma (balnearios) como soporte de las actividades que pueden realizarse a partir de ella (pesca, navegación en todas sus formas) o como albergue de ciertas y determinadas formas de vida que en ella se manifiestan que son susceptibles de ser observadas (buceo).
[2] Pythome: calificador universal del recurso turístico “tierra” que en este caso comprende lo que el turismo aprovecha de ella en cuanto sus formas, energía y altura (relieve), lo que en ella se manifiesta (cobertura vegetal) y como soporte de otras formas de vida (animal).